15 noviembre 2006

¿De qué color se caga la muerte?

Por: Enrikín

La verdad es que este tema todavía tiene mucho que dar. Pero no me había imaginado en la siguiente situación. Quizás la pueden encontrar algo fuerte, pero la vida es así, ni blanca ni oscura, sino de todos colores.

Pues bien, hace unos días fui a buscar a una amiga que trabaja en un hospital porque habíamos quedado de tomar unas birritas después del odioso horario laboral. Una vez en el lugar la llamo a su móvil y me dice que se va a demorar unos minutos pero que suba al piso donde trabaja y me da un nombre de esos difíciles que usan los médicos. Luego de cortar pienso que preguntando se llega a Roma, pero me doy cuenta que no es tan así, pues a nadie le sonaba el nombre de mi amiga.

De pronto me encontré solo en un pabellón y realmente perdido. El lugar era donde estaban los enfermos terminales. Sus aspectos eran realmente tristes y espectrales. Me corrió un frío por la espalda. Hasta el pasillo era algo tétrico. Caminando medio perdido me topo con un enfermo que trataba de caminar por las frías baldosas, era un esqueleto enfundado en una bata blanca. Me saluda con una voz quejumbrosa, casi de ultratumba.

En fin. Lentamente el sujeto comienza a susurrarme si lo puedo acompañar un ratito. El tipo tenía el tragicómico aspecto de Don Ramón, pero más viejo y flaco de lo que se puedan imaginar, grandes ojeras negras y un color grisáceo en el rostro, su edad era indefinible. Se afirmaba de forma temblorosa en ese fierro con ruedas sostenedor de bolsitas de suero, y en este caso, dos bolsitas más.

Lo escucho amablemente, pero la verdad es que sólo quería zafar de la situación. En pocas palabras el tipo me dice que se demora unos 20 minutos en ir de la cama al baño. Es decir, en ir, sentarse, volver y tratar de acomodarse en la cama es al menos una hora. Por lo que para él era muy importante hablar con alguien entremedio de esa tortura.

Le pregunto qué enfermedad tiene y él me dice que está con una infección pulmonar que lo matará en 30 días por ser VIH positivo. Además me dice que la familia y los amigos no lo visitan y sólo cruza palabras con los otros enfermos terminales de su pabellón y la gente que trabaja en el lugar.

Yo ya me encontraba bastante incómodo. El insiste que hablar con alguien era como un respiro al aire libre. De pronto pienso algo macabro y antes de censurarme le pregunto ¿oye con qué frecuencia cagas?

El tipo abre unos grandes ojos de color indefinible y sin decir más esboza una sonrisa, tras lo cual le expliqué de nuestro blog, y mi ya nuevo mejor amigo suelta otra sonrisa. Claro que me asusté porque se podía desmayar ahí mismo por la situación.

Cuento corto, me explica que debido a las drogas, la dieta especial y el suero, iba al baño con poca frecuencia, eso significa cada dos o tres días, casi siempre era consistencia acuosa, color amarillo cetrino, sin el olor característico de la caca. Es decir, tenía olor a medicamentos.

Me cuenta que en su pabellón hay puros terminales, cáncer, VIH y otros males. Algunos que ya están en las cuerdas tienen que usar las frías chatas. Mientras me imagino estar casi muriendo y que te pongan esa mierda helada en el culo... es algo inhumano.

Finalmente, le pregunto su nombre, luego me despido y él me estira la mano cadavérica, un pequeño brillo de alegría vi en sus ojos. Le digo que voy a imprimir algunas historias del blog y se les voy a ir a dejar. Tras un par de chaos camino por el pasillo tétrico del hospital y busco la salida rápidamente. Una vez en la entrada respiro profundamente, miro a todos lados buscando un lugar para sentarme y llamo nuevamente al móvil de mi amiga.

4 comentarios:

Sirena dijo...

¡Llevale los posts Enrikín! Se va a reír mucho y eso siempre hace bien. Ojalá no sufra mucho y sonría mucho en los días que quedan.

COLECTIVERO_SATANICO dijo...

Buen gesto hombre..gran detalle preguntarle el nombre, siempre miramos el resultado de las terribles enfermedades pero se nos olvidan los buenos tipos Ke están metidos dentro de esos Kuerpos.


Saludos a ti y tu amigo.

ecasual dijo...

Es una gran historia. Y, sí, va a disfrutar cuando le lleves copia de tu blog.
Abrazos

Anónimo dijo...

bbbcvccccc
cagonaaaaaaaaaaaaaa