08 noviembre 2007

Pa' la otra haga caca en su casa puh...

Enviado por: Pergenia.

Hace pocos días tuve que ir a un entierro (se murió mi padrino mal pensados) en Constitución. Un viaje relámpago para despedir a mi padrino. Como el caballero se murió un día jueves estuve todo el fin de semana por allá para regresar el domingo en la tarde a La Serena.

Bueno, como suele suceder cuando viajo trato de comer livianito para evitar tener que utilizar los molestos, antihigiénicos y hediondos baños de bus. Me acomodé en mi asiento que, dada las circunstancias, no me quedo de otra que conformarme con el pasillo. Mi compañero de viaje era un señor bigotudo, delgado, que tenía un aire al compadre Moncho.

Cuento corto, me quedé dormida un rato y, como me suele suceder cuando viajo, mi brújula se volvió loca y no tenía ni idea donde estaba… A pesar que eran las cuatro de la tarde. Me puse a leer el diario cuando sentí un ruido bastante conocido por mí. Un retorcijón sonó como si el intestino estuviera conectado a un sistema de amplificación estéreo.

Como evidentemente no era yo la del ruidito miré a mi compañero de asiento. Estaba pálido, sudaba, llegaba a tener una fascie de angustia. Le pregunté si se sentía mal, y él me respondió —mijta, sabe, parece que el almuerzo me hizo mal. Quiero ir al baño—. Ante lo cual le respondí —pregúntele al auxiliar del bus si pueden hacer una parada para que usted pueda ir a hacer caca tranquilo (siempre he sido franca, y a veces no me doy cuenta de que con esas actitudes no suelo tener mucho tacto).

Pasajero: Sabe señor…es que tengo ganas de ir al baño.

Auxiliar: Al fondo del pasillo, mano izquierda está el baño.

Pas: Si, pero es que yo no quiero hacer pichí… es lo otro...

Aux: Aaaah... Chuuuurra… sabeee… no hay parada hasta llegar al peaje. En todo caso faltan como cinco minutos para llegar hasta allá.

El pobre individuo no se podía sentar, de hecho ya estaba con las piernas cruzadas (síntoma claro que se está saliendo un alien por el culo) y a mi juicio, esos cinco minutos pal pobre señor se hicieron eternos. En ese momento ya todo el bus se había percatado de la desgracia del caballero.

El bus paró en un peaje que, dada mi brújula enloquecida sepa dios donde estaba, y el caballero se bajó. Iba saltando con las piernas cruzadas evitando que la vorágine de caca dejara su huella en ese lugar. Pero como bien dicen que lo que esta mal perfectamente puede estar peor. El señor le pidió el baño a los encargados del peaje, estos le dijeron donde estaba (pa desgracia se encontraba en la caseta de la otra vía). En su desesperación el pobre hombre no sabía que en el baño ¡¡no había papel higiénico!! (A todo esto, el bus completo presenciaba el sufrimiento del señor. Si la gente es muy morbosa, incluyéndome). Se devolvió pasando por toda la carretera dando saltitos, y el encargado del peaje tenía papel, pero de esos industriales. El pobre sujeto pescó el rollo con rapidez, se dio la vuelta y siguió dando saltitos por la carretera y el papel.

A los minutos el pobre tipo apareció por la puerta. El color de su rostro hacía juego con el semáforo en rojo. Y si bien yo pensaba que tenía poco tacto el auxiliar del bus definitivamente la cagó, le dijo:

-Caballero, pa la otra haga caca en su casa puh.

Dada esta experiencia, con mayor razón como livianito antes de viajar.

22 octubre 2007

Papel higiénico made in USA

Enviado por: Wero.

Cuando tenía unos 12 años vinimos a Santiago mi mamá y yo (en ese momento era un vil provinciano) a ver a una amiga suya que vivía gran parte del año en USA y estaba de vacaciones en Chile. Aparte de estar forrada en plata la vieja, era una consumidora de rarezas tecnológicas y siempre había cosas extravagantes en su departamento, las que claramente e inmerso en mi ignorancia “huasirulística”, yo nunca sabía utilizar del todo bien; tostadoras que hablaban, televisores “touch screen” y un sin fin de cachureos.

El asunto es que almorzamos no sé qué cosa preparada con productos “made in usa” y que al menos sabía bien. Acto seguido y de tanto embeleco gringo que había comido, comenzaron los retorcijones que a esa altura (y poniendo harta oreja) ya hablaban en ingles.

Lo que sigue ya es obvio y es de dominio público… al water se ha dicho. Claramente el baño tenía de todo lo que un baño normal chileno tiene (su “toballa” de manos, el Le Sancy, un Lux sin abrir, el rollo de papel de repuesto, etc.), pero exagerado y nuevamente… todo gringo.

Hice el trámite que tenía que hacer, cerré los ojos cuando los tenía que cerrar y era el momento “de barrer la entrada al castillo”. Agarré el papel higiénico y ¡oh! sorpresa, era mas pesado de lo habitual, mas suave y húmedo (como esas toallitas húmedas que venden ahora), y el típico cilindro central de cartón era duro. Entonces me dije a mi mismo: “nada de raro que el confort sea gringo”, así que aplique en la zona afectada.

Salí del baño impoluto y proseguí goloseando.

A los pocos minutos, me empezó a picar la zona cero. Extrañado me cuestioné si me había limpiado bien y volví al baño a repetir la operación, mismo papel… nada, absolutamente limpio. Salí del baño, no pasaron muchos minutos en el living y de nuevo la picazón… otra vez al baño, esta vez humedecí el papel y me limpié.

Volví al living pero la picazón en vez de disminuir, aumentaba, para colmo (y entiendo que se evidenciaba demasiado) mi mamá me preguntó: “¿hijo, qué te pasa?”, mi desesperación pudo más que mi orgullo e inocentemente le dije: “me pica el potito”, para colmo la amiga de mi mamá pregunta: “¿le pasa algo al niño?”… claramente y ante la preocupación, mi mamá repite mi frase y dice: “es que fue al baño y ahora le pica el potito”.

Teorías iban y teorías venían respecto de la causa de la picazón (a esa altura ya quería hipoglós), incluso fuimos al baño y ¡¡¡ahí estaba el culpable!!!. Hice una reconstitución de las acciones y al momento de tomar el rollo de papel higiénico, la amiga de mi mamá dice:

Amiga: oye ¿te limpiaste con ese confort?

Yo: si ¿por qué?

Amiga: (risas) lo que pasa es que al maestro que vino a pintar ayer, se le cayo ese rollo al recipiente del diluyente y después se nos olvido botarlo.

Yo: ¬_¬

Mi mamá y su amiga se reían en mi cara, y yo puteaba internamente, como no me iba a picar el poto si me había limpiado y relimpiado con papel “humectado” con ¡¡¡diluyente!!! Más encima la cagá de diluyente no tenía olor por que la amiga de mi mamá tenía un producto (gringo para variar) que ¡¡¡mitigaba el olor!!!

Humildemente acepté una toallita, jabón humectante y las instrucciones para usar el bidet.

N. del E.: No sé si es tercera o cuarta historia que nos envía nuestro buen amigo Wero, pero da igual. Como es costumbre, está muy graciosa. Gracias socio, y te aseguramos que los demás lectores (incluyéndonos a nosotros mismos) están esperando más historias tuyas. Saludos.

11 octubre 2007

Desde Colombia con Olor

Enviado por: John Jairo, de Cali, Colombia.

Esta historia le sucedió a un compañero del colegio donde yo estudiaba. Por el año 1995 cuando yo estaba en grado sexto o primero de bachillerato. Yo era el pelado más reservado y tímido de mi grupo, casi no hablaba con nadie y no faltaba el pelmazo que me la quería montar, y yo de puro de hueva me dejaba siempre. Uno de los abusones que tenía en aquel entonces es el protagonista de este cuento. Se llamaba, o mejor dicho se llama (aún no me han dado la buena nueva) Junior Hernando. Un gordo cachetón (debía pesar por lo menos unos 100Kg), se reía por todo y de todos. Su risa guasónica sonaba como la de una bruja de cuento, era el terror de los marginados, todos los demás se reían de sus chistes y burlas por más estúpidas que fueran. Ya se imaginarán que no era muy brillante que digamos en sus estudios, o en realidad para ser sinceros era un completo asno, no daba pie con bola, ya había perdido 2 años y gracias a eso se encontraba en mi mismo grupo.

Cierto día, consentidos por los profesores, aquellos estudiantes que quieren dárselas de líderes, esos que en realidad son cabezas huecas que no ven más allá de sus narices, esos que la gente como yo suele odiar en secreto, organizaron una gran kermese. Ese día cada grupo preparó su venta, y se instalaron mesas en la cancha del colegio. Había empanadas, tamales vallunos, chorizo, toda clase de fritanga, helados, crema, sancocho de gallina y deliciosos platos de la gastronomía colombiana. Como es de esperarse no faltó en la escena nuestro rechoncho protagonista. Hizo el tour completo por todos los puestos, comió y bebió. En algunas mesas tuvo que pagar en otras le regalaban, hasta las sobras se comía como todo un puerquito, no hicieron falta tarros de basura.

En la tarde después de la kermese todos entramos al colegio y sentimos un olor penetrante, constante y difuminado por todo el edificio, un olor a mierda tan fuerte que era imposible ignorarlo. Todos supimos en ese instante que no se trataba de algún pedito fugitivo, ni de algún descuidado que pisó mierda de perro. Queridos lectores, el olor era inconfundible, olía como a mierda húmeda, diarreica y fresca, casi podiamos sentir su textura suave como la de una malteada de chocolate muy espesa. Estaba tan concentrada en el aire que casi se podía saborear. Se preguntarán a que sabe la mierda, bueno pues les diré a que me supo el aire impregnado de mierda, era un sabor amargo y dulzón, como comerse un huevo cocido de hace 3 días acompañado de una cerveza tibia.

Era imposible localizar la fuente del hedor, así que buscamos por todo el edificio, hasta que finalmente una de las estudiantes de grado 11, la niña más atractiva del mundo, hizo su aparición. Me era imposible no tener una erección de sólo verla, inclusive ahora para el tercer reglón de este parrafo, mi verga estaba como para partir un ladrillo de panela. En fin, esta diosa sexual decidió asomarse al baño del piso de arriba, trató de abrirlo y encontró la chapa asegurada. El olor era el triple de fuerte en ese sitio asi que decidió avisar al alto mando. En segundos todo el colegio estaba parado junto a la puerta, trataban de abrir y no podían, todos tapándose la nariz con la camisa o con algún pañuelo. Llamaron al ocupante del sanitario, pero nadie contestaba, sólo se oían pasos y sollozos, también ruidos como de quien arranca papel higiénico. Pasaron unos veinte minutos y los sollozos se convertieron en el llanto de lo que parecía ser un muchacho de unos 13 años, y una vos chillona como la de un marranito.

No hubo más remedio y al aseador tuvo que forzar la puerta y lo que vi ahí es algo que nunca voy a olvidar, es uno de mis recuerdos mas valiosos y asquerosos. Parecía como si Sadam Hussein hubiera mandado un soldado suicida al baño del colegio pero este soldado no era de carne y hueso, sino de pura, física y hedionda mierda. Había mierda en las paredes, en el piso, sobre y dentro de la taza del sanitario, en el tanque, hasta en el techo habían trazas. Las huellas de sus manos en la pared y en el rollo de papel, como si hubieran querido pintar una obra de arte con mierda. Como si esto fuera poco, cerca del techo atascado en una ventana que daba a la calle y con medio cuerpo por fuera, los pantalones abajo y el culo embarrado de caca, estaba nada menos que Junior. Al sentir la puerta abrirse la expresión de vergüenza y resignación que sentí de él fue única, fue como el respiro para mi alma. Lo disfruté muchísimo, lloraba como una niña mientras todo el colegio se reía de él, fue increíble. Por fin las pagaba todas juntas. Nunca más volvió a oirse una risa burlona y grotesca, nunca más pudo hacer víctima a algún desprevenido pendejo de sus chanzas, más bien era quien las sufría, hasta yo podía escupirle en la cara.

Luego de unos años me encontré con él y no pude evitar preguntarle sobre el bochornoso episodio. Ahora trabaja como mesero en un restaurante, nunca ingresó a la universidad y apenas si terminó el colegio con mucho esfuerzo (no de él, sino de los maestros quienes estaban ya cansados de este grotesco personaje). Me contó que después de la kermese, todo lo que había comido le produjo una diarrea aterradora, apenas si le dio espera de llegar al retrete, pero no le dio tiempo de levantar la tapa de baño así que se sentó encima, y antes de sentir que estaba sentado sobre la tapa soltó todo el mierdal, que salió con tanta presión que se embarró por todo el recinto. Imagínense el despegue de un transbordador de cabo cañaveral. La histora ya no me causó gracia, sentí lástima por el pobre. Con todo y lástima no pude comer en ese restaurante (me dio asco), pero le di una generosa propina, tomé la mano de mi novia y me retiré del lugar con una sonrisa en el rostro. Nunca más supe de Junior.

N. del E.: La historia se encuentra íntegra, tal cual nos la envió nuestro lector Colombiano. Muy buena historia, saludos John.

10 septiembre 2007

Florencia, una chica especial

Akgar Interviú.

Cuando caminamos por la calle y vemos a las mujeres, la mayoría son normales. Lo mismo debe suceder con nosotros los machos. Sin embargo, a veces uno ve una silueta a los lejos y el radar indica que se viene un filete de primer corte. Así es Florencia. definitivamente no es una mina "normal", ella es bonita, o mejor dicho bien rica.

Cuando se comunicó con nosotros pensamos que era una broma, pero una vez que nos reunimos con ella, Polakín y yo quedamos a boca abierta. Debe tener unos 22 años (no le preguntamos la edad porque somos unos caballeros), 1.70 metros aprox., medidas perfectas, cintura de reloj de arena, pelo castaño natural y según el pendejo de Polakín, unos ojos preciosos. Nos confesó que a los 18 se tiñó rubia, pero cuando se vio al espejo se sintió como actriz porno así que se cortó el pelo como soldado recluta y hoy luce una bella melena con su color orginal. En fin, como ya dije, entera rica la loca.

Ella nos escribió un mail contándonos lo mucho que se reía con nuestro blog y todas esas bellas palabras que nos envían nuestros fans. Sin embargo lo bueno venía al final. Nuestra amiga quería hacer una especie de confesión caquística y le pareció que nuestro espacio era el indicado.

Al principio estaba nerviosa, igual que nosotros, pero luego de conocernos un poco, la Flo entró en confianza y nos mostró su personalidad avasalladora. De hecho, en dos oportunidades me dijo que sus ojos estaban más arriba, en clara alusión a mi vista posada en su generoso escote.

Flo rápidamente nos introduce en su drama con la frase "siempre hago muy hediondo", a lo que Polakín rápidamente trata de arreglar diciendo que todos lo hacemos. Pero nos confiesa que su drama era fatal, porque a ella por lo general le bajaban las ganas de cagar después de tener sexo. Con Kín nos miramos y quedamos mudos unos segundos. Está claro que somos especialistas en historias de caca, pero de ahí a ser sicólogos hay mucho trecho.

Debo reconocer que mientras nuestra entrevistada hablaba con el viejo degenerado de Enrikín, yo de inmediato sumía mi mirada en ese bello escote, pero fui lo bastante cuidadoso como para no ser sorprendido por la bella chica, que por cierto, también nos confidenció que era una máquina de cagar. Por lo menos 3 deposiciones diarias. Fuerte lo suyo, y tan rica que está.

¿Siempre has hecho hediondo y mucho, o sólo se trata de algo reciente?

A ver, en el colegio hacía harto, pero no tanto como desde que estoy trabajando. Y como ya les dije, no se trata de que haga siempre hediondo, sino que los peak que tengo son muy fuertes.

¿Los peaks, o sea, las veces que haces más hediondo no?

Claro, cuando ando medio mal del estómago dejo muy muy hediondo.

¿Y qué dicen tus cercanos?

Bueno, en la casa mi papá me echa la talla cada vez que puede y mi mamá sólo se ríe. Mis hermanos ya son un caso aparte porque andan por ahí conmigo, pero ellos son hombres. Una vez dejaron una vela aromática en el baño con una notita que decía "enciéndeme, ¡¡¡por favor!!!".

¿Cómo anda la producción?

Muy bien, muy bien. Lo único malo que es hedionda, de hecho creo que si hicieran una película sobre mí debería trabajar Jack Black, ese gordito de la Escuela de Rock, me gustaría ver las caras que pone luego de entrar a un baño con ese hedor.

¿A qué crees que se deba tu digestión?

Mi papá dice que tengo el mal del saco roto, como como chancha y no subo un kilo de peso. Claro que cago hasta tres veces al día, además me encantan los condimentos, las legumbres, la coliflor, el brócoli, los repollitos bruselas, en fin, mezclas que se vuelven tóxicas en mi pancita.

¿Y nunca has subido de peso?

Más de uno o dos kilos, nunca. Así que siempre me he conservado regia jajajá. Como ustedes, que son bien guapos.

Eeeeeh... ¿oye y qué dice tu pareja o pololo?

Ahora nada porque estoy soltera, jajajá, les aviso.

Estéeee... (¡jejeje!) ¿y los pololos que has tenido?

Ah, bueno... después de un tiempo se atreven a comentármelo. Yo sé que al principio se dan cuenta y no me dicen nada, pero después de cierto tiempo yo he tirado la talla y ahí me doy cuenta que siempre han sabido. Lo que me complica es eso que contó Polakín en una de sus historias, cuando dijo que el cacheteo con olor a poto era insufrible jajajá... como yo hago varias veces al día por lo general me pillan para tener sexo y no puedo sin darme una ducha. Es más, creo que tenemos harto en común con Polakín jajajá.

¿Estás contenta con tu digestión o ya quisieras que todo cambiara y fueras una chica más normal?

La verdá es que a veces me gusta y a veces la odio. Me mantengo bien, no sufro del estómago y no tengo problemas digestivos, así que bien por ese lado. Lo que sí me gustaría es ordenar más mis horas, sólo hacer en la mañana y en la noche, por ejemplo. Es que así no tendría tantos problemas prácticos. Y a veces cuando estoy de visita en algún lado o hay poca ventilación detesto mis olores.

¿Por qué decidiste contar tu historia en nuestro bloguito?

No sé, la verdad es que llegué aca por una amiga. Yo no era muy bloguera, pero después de leerlos a uds. hasta he pensado en hacerme un blog. Bueno, comencé a leer sus historias y me mataba de la risa. Hasta antes de leerlos pensaba en mi problema como algo que me bajoneaba, pero no como para ir al sicólogo, así que funcionaron como una especie de terapia, que además es útil.

¿Te cambiamos la vida...? jojo...

Naaah... nunca tanto, pero ahora ya no veo eso de cagar hediondo como algo grave. Incluso por su blog he buscado el tema y sólo se trata de no ser tan chancha para comer. Así que en el futuro ya irán bajando los niveles de gases tóxicos de mi organismo.

Para terminar te pedimos que mandes un mensaje para los fans de akgar.blogspot.com

Creo que lo que deben hacer es recomeendarlo a sus amigos porque la verdad es muy entrenido. Lo que me llamó la atención de Polakín y Enrikín es que pese a su diferencia de edad, se complementan bien en el blog y además lo tiene muy bien escrito. Ya chicos lindos, no se me ocurre nada más. Ojalá publiquen pronto.

Te queremos hacer la pregunta de nuestro Blog. Si tuvieras un súper poder, cuál sería y de qué modo... yaaaa! jajajá.

Jajajá que tonto.

La Flo quedó especialmente invitada a que parte de sus nuevas ganas de escribir las satisfaga con nuestro blog. Así que a pedido nuestro y a promesa de ella ojalá pronto tengamos alguna de sus historias.

Saludos a todos y disculpen la demora.

06 agosto 2007

Cagar en el río

Por: Polakín.

Hola chicos/as.

Hace algunos meses me encontré sentado conversando diferentes mierdis con amigos, y en el calor de la tertulia salió a la palestra el tema de la caca. Debo reconocerles que yo empujo pa allá así que no deben extrañarse.

Estabamos con el tema a flor de labios cuando de pronto saltó un tata (que podría reclamar no ser tan tata) contando sus aventuras de adolescente. La historia me dejó con la come mote llena de risa por quince minutos non stop.

Resulta que mi tío en cuestión partió contando de cuando era cabro, remontando las acciones a la década de los ochentas mientras andaba mochileando pa allá pa Victoria, un pequeño pueblito que queda cerca de Temuco en la Región de La Araucanía.

Un día de esos, cuando en las fokin radios sonaban unos sobrevalorados Soda Stereo, Juanito y sus amigos almorzaron un plato de tallarines a medio cocer que los dejó en la cornisa de una cagadera segura. Y claro, según me han contado, cuando uno se va a mochilear o acampar se raja tomando y drogándose ¡horror! La cosa es que en la nochecita de ese día incorporaron a su organismo la rica mezcla de grapa con yupi. Jajajá loreense esa weón... No les miento.

Horas más tarde según cuenta mi socio, el concierto de tripas y los malditos retorcijones anunciaban el desembarco de cientos y cientos de gramos de caca, así que partió raudo a las orillas del río para evacuar.

Producto de lo curao que estaba, recién después de cortarle el cogote al último mojón este weón se dio cuenta que no tenía papel para limpiarse. En ese momento cachó que estaba en un problema y se sumergió en el proceso de tener que resolver qué hacer. Miró a su lado y la abundancia de flora lo llevó a pensar que quizás unos helechos que estaban cerca eran la alternativa. Pero no fue así, ya que le dio miedo que quizá se le enronchara el culo con alguna hierba extraña.

Entonces amigos y amigas, nuestro valiente protagonista resolvió que la solución estaba bajo sus pies. El río en sus orillas estaba lleno de piedras, así que decidió utilizar las suaves rocas para limpiarse el shiquitín. Él asegura que se dio el trabajo de elegir piedra por piedra las más adecuadas cual Amélie queriendo hacer patitos. Mientras tenía su pálido culo al aire las limpió, las sopló y procuró ir girando con sus dedos el pedazo de roca, para no cagarse la mano mientras trataba de higienizar el nudo de globo ¡Ay señor!

Pero claro, no se quedó así... Luego de haber repasado varias piedras por su canaleta le vino la decencia y sintió que no quedó del todo limpio. Ahí recién ascurrió que el río es agua y obviamente el vital elemento servía para sacar las últimas trazas de caca que le pudieran quedar. Caminó agachado, a lo pingüino, pero mareado y aún con la raja al aire, en una escena que podriamos describir como poco digna. Con las piernas flectadas se mojaba las manos a orillas del río y recogía agua para humedecer sus maltratadas asentaderas. Terminado el proceso de limpieza subió sus ropas y con los cachetes húmedos regresó donde sus amigos para contar tamaña hazaña. Increible.

Pasa cada cosa en este mundo, y nos huevean a nosotros por tan sólo escribirlas.

18 julio 2007

Y nunca más la volví a ver

Por: Enrikín.

Hace varios años, cuando recién me iniciaba en la lides del reporteo en Santiago y no tenía los medios para vivir sólo, se me ocurrió arrendar un piso con dos amigos. Otro periodista y una diseñadora. Ya nos conocíamos de antes así que no había problemas.

Lo más interesante era que teníamos distintos horarios y además formas de vida muy similares, por lo que no había motivo para llevarnos mal. De hecho no recuerdo peleas o roces, salvo la vez que me tuve que ir del departamento, pero fue por petición de los vecinos y no de mis room mates (como diría una siútica coleguita) jojojo.

En fin, vamos a lo que nos convoca. No recuerdo si era verano u otra estación. Lo único que realmente me traía loco eran las ganas de cagar de hacía horas. Justo en el móvil que andaba pasábamos cerca del departamento, así que le dije al conductor que se desviara para pasar a depositar unos zurullos.

Ya no aguantaba, y por suerte se venía consistente y no con caldito, porque sino habría tenido que aplicar cambio de boxers y andaba apurado.

La entrada del inmueble no se veía desde la sala de estar, así que entré y me dirigí ráudamente al baño sin dejar de percatarme que ya había olor a mierda, pero no le di importancia, lo mío era cagar, y si el asiento estaba calentito me daba lo mismo.

Me senté, apliqué arrugá de frente y cayeron tres mojones de regular tamaño en menos de 7 minutos. Observé buen color, buen aroma, por lo tanto barriguita sana.

Nuestro domicilio era de esos departamentos antiguos del centro, por lo que tenía el hoy casi extinto bidé. Insisto, al igual que en otras anécdotas, no hay nada más rico que limpiarse la canaleta con un chorrito de agüita fría y jabón hipoalergénico con aroma a flores silvestres.

En fin, hasta ahí todo bien. Cuando ya salía del baño, mi compañero estaba parado en el umbral de su habitación. Lo miro riendo y le digo:

- Tsss… venías en las mismas que yo socito, cuando llegué el baño parecía zona de catástrofe, casi me desmayo, ni la morgue es tan hedionda won.

Mientras él me hacía señas yo seguía hablando de lo hediondo que había dejado el toilette. Seguía haciendo gestos como para que me calle y yo dale con que las vacas vuelan.

Cuento corto de pronto aparece la polola sonrojada detrás de él, entre molesta y avergonzada me dice:

- No molestes a Jason (así no se llamaba mi amigo), él no fue.

Obviamente no había nada más que decir. Yo me puso incómodo, me despedí y salí como alma que lleva el diablo del domicilio.

En fin, la mina estaba bastante rica y simpática, no la conocía mucho y después de esa escena, seguro que no íbamos a ser grandes amigos.

Al poco tiempo de aquel singular acontecimiento los tórtolos terminaron su relación y no supe más de la señorita que había dejado tal hedor en nuestro baño.

Pasó bastante agua bajo el río. Me cambié de trabajo, me fui a vivir sólo y perdí contacto con mis room mates.

Estaba en eso, cuando un día en un bar veo a una bella mujer de cabello corto y ojos embrujadores. Me mira y saluda tímidamente. Descolocado sólo atino a decir hola. Yo estaba en la barra del local tomando unas cervezas y conversando con amigos. Repentinamente aparece la gata y me encara.

- ¿No te acuerdas de mí verdad?

- La verdad es que no.

- Soy la ex de Jason, tu compañero de departamento.

- ¡Uh! hace años de eso, los mismo que no veo al colega. (Pa que les voy decir que no si si… me acordé de inmediato del incidente, pero fui un caballero). Estás diferente, no te habría reconocido nunca.

- Si, he tenido algunos cambios, pero ha pasado bastante tiempo también. Tu igual te vez bien.

En fin, conversamos un rato, cambiamos teléfonos y un par de días después la llamé.

Salimos durante un par de meses, hasta que un día de aquellos, en que ya me sentía en confianza, ella se levanta al baño y yo le digo riéndome: “Abre la ventana y abajo del lavamanos hay desodorante ambiental".

Ella me miró con cara de odio. Luego se vistió, se despidió fría y lejana, pero con clase. Hasta el día de hoy no la he vuelto a ver. Espero que se encuentre bien y me devuelva los dos libros que le presté.

12 junio 2007

El WC de piedras

Enviado por: Bulcool.

Nuestro invitado de hoy nos escribió una pequeña y simple anécdota caquística. Nos cuenta que tenía como 15 años y la historia se desarrolla tras un partido de fútbol en Quillota. Sin embargo, su relato tocó un tema no menor para muchos bípedos hablantes que pululan por este planeta, se trata de nada menos que el WC, el ídolo de loza, ese lugar que nos ve hasta nuestras entrañas.

Muchos de nosotros no tenemos problemas en apoyar nuestras asentaderas en cualquier fokin lugar cuando la necesidad tiene cara de hereje. Pero otro porcentaje de seres humanos es en máximo escrupuloso (siempre y cuando la necesidad no tenga cara de hereje jojo) y no entrega su culito a cualquier lugar para sentarse. De ahí se pueden desprender muchos cuentos, como el siguiente.

"Yo era del Pilmahue, equipo de la Digeder. Jugamos con unos huasos de metro 70. El más alto de nosotros era de metro 50, pero ellos eran unos troncos y finalmente ganamos 7-0".

Bueno, no más lata y a lo que vamos: En dicho lugar no habían baños así que tuvimos que bañarnos en un río que corría a unos 150 metros de la cancha.

Luego de la boleta que le propinamos a los huasos el recibimiento fue la raja, senda cazuela de pollo o gallina, quién sabe (¿perciben la diferencia cierto?) y también de Vacuno. Se podía elegir una, pero en la repetición la otra, a eso súmenle las papas cocidas, ensalada chilena, lechuga, etc..

Además le robamos una de tinto a los "tíos", total ya estaban medio guasquiados así que ni cuenta se dieron. Como se imaginarán, con tanto comer y tomar, el estómago pide respiros, en especial el cabezón Pancho, que se caracterizaba por ser el de menos capacidad de contención, no retenía nada.

Como buen chileno Pancho se las ingenió, se alejó unos 100 metros de la cancha donde estabamos. Reunió las piedras más planas que encontró, hizo con ellas un círculo en la tierra, luego otro sobre ese y al final un tercer círculo, con lo que quedó un pintorezco WC de piedra artesanal, muy rústico, casi elegante (el creía ciegamente en la comodidad ante todo).

Bajó sus pantalones, se apoyó cuidadosamente para no destruir su magna obra de arte. Unos instantes después, mientras nosotros sus amigos, cuidabamos el perímetro a unos 10 metros de distancia, procedió a fruncir el ceño y lograr una relajación formidable.

Como siempre pasa en estos casos, uno de los "tíos" encontró una huasita que lo invitó a recorrer el río (como dice mi papá, que es del campo......"y yo me la llevé al rio, pensando que era mozuela......" sólo para viejos). No tuvimos otra opción que activar la alarma, "¡¡¡¡PAAANCHO....VIENE GENTEEEE!!!!" Por lo que Panchito comenzó a arrancar del lugar, ¿se imaginan un gil corriendo agachado, con el poto blanco y un mojón colgando de sus cachetes? yo tengo esa imagen grabada con fuego en mis recuerdos, me acuerdo y me cago de la risa... Panchito y el mojón colgando jajajá.

23 mayo 2007

Puta que es cochino el hombre socito...

Por: Enrikín.

Hace algunos días escuché la más cochina y sórdida historia de caca. La cual salió nada menos que de un individuo que había sido mozo de un tristemente célebre torturador de la dictadura, pero en fin, ese es sólo un dato al margen.

Me imagino queridos lectores/as que se preguntan en este momento ¿quizás que tipo de lupanar visita Enrikín? Pero no se espanten, es un lugar común y corriente, al cual van desde abuelitos hasta jóvenes universtarios. Lo que pasa es que estuve en el lugar preciso y en el momento ídem.

Paso a relatar la siguiente cochinada y trataré de recordar el máximo de detalles posibles.

“No va a creer mi caballero lo que pasó hace un montón de años atrás.

- ¿Conoce usted el Salamandra?
- Eeeehh... sí, he oído hablar de ese lugar (sonrisas cómplices de todos los comensales)
- Se nota que ha recorrido usted jajaja. (me dice el personaje y continúa con su historia)

Bueno, yo era joven y más encima en esa época trabajaba en el ejército, así que todo era bueno para uno. Un día iba pasando por aquel sucio local, andaba con plata así que no la pensé y entré.

Lo primero es quedar ciego algunos minutos por la luz negra, pero al rato se pueden ver siluetas de mujeres, hombres, tetas, culos y sus olores respectivos. Me voy donde se ven minitas solas y de pronto me percato que un grupo de hombres están en fila y una lolita bien bonita hacía conferencias de prensa a todos. Luego se sube a una barra y ni se imagina que hicieron los weones cochinos compadrito. Que es animal el hombre por la chucha.

Bueno, como me gustó esa lolita, esperé un rato que se cansara del grupo de giles y cuando se fueron ella también caminó hacia lo oscurito.

Cuando pasó a mi lado le dije al oído que le tenía un regalito. Ella sonrió y dijo que iba al baño. Yo le dije que estaba apurado. Me miró, pidió un trago, el cual pensé iba a beber, pero lo usó para otro menester. Luego tomó unas servilletas, se limpió su cosita y me llevó hasta un sillón en un punto estratégicamente oscuro.

Luego de varias ejecuciones de gimnasia sueca terminó por abrazarme la cara con las piernas y como era menudita le di varias vueltas en esa posición, en ese momento los olores se mueren y uno sólo quiere gozar, puta que somos cochinos por la cresta. Luego de varios minutos de ese jueguito pago, me despido y me voy.

Iba feliz caminando por el centro y de pronto siento un olor a mierda. No va a creer compadrito. Yo tenía un gamulán, de esos con cuello de cordero socito. Sigo caminando y sintiendo olor a mierda. Me miré los zapatos, la ropa, hasta que me pego la cachá y veo el cuello del gamulán socito. La weona me cagó literalmente y no me di ni cuenta.

En esos años habían unon dispensadores para tomar agua en la Plaza de Armas. Ahí estuve socito, limpiando el cuello de mi abrigo, estaba lleno de caca, lo peor de todo es que en esa época yo usaba bigotes.

Puta que es cochino el hombre socito”, reflexiona finalmente nuestro personaje.

La verdad es que el personaje es muy divertido para contar sus historias. En aquella oportunidad todos los que escuchamos el sórdido cuento nos sujetabamos la guata riendo. Pero luego que la escribí me dio como lata la weá. En fin, igual es una historia de caca, que es lo que nos convoca en este cuchitril virtual.

14 mayo 2007

Polakín: "Todo el mundo hace caquita"

Akgar Interviú.

Un día equis me encontré con una vieja amiga de periodismo y como la cortesía lo dice le propuse ir a tomar un café. Hablamos de todo un poco, política, fútbol (si señores es una chica futbolera). Pero haciéndola corta, le conté de nuestro fokin blog (por cierto, aún espero lo prometido de Pascal, en fin). Mi amiga me dijo que no lo había leído, pero que iba a ver de qué se trata. Ese mismo día en la noche llama y me cuenta que se estaba cagando de la risa. En ese momento se me ocurre hacerle una broma a mi partner y le dije:

-Oye, llama a Polakín y dile que eres periodista de LUN, que eres amiga mía, que leíste el blog y que yo te di el número de su móvil. Dile al cabrito que quieres entrevistarlo y se va a hiperventilar.

-jajaja... ok, me gustó.

Tras un bla bla bla... nos pusimos de acuerdo con la talla y el día indicado llegó Polakín puntual, peinadito, bañadito y perfumadito, con cara de galán de teleserie venezolana. Eran como las 7 de la tarde y el día estaba papo. Polakín se veía ansioso y yo estaba cagado de la risa. Él esperaba una entrevista con una minita de LUN, y abrió así unas pepas cuando me vio entrar al cuchitril. Luego de los shshsmrs correspondientes nos reímos un rato, pedimo unos shops y salió la siguente weá. Esperamos que la lean y les guste.

¿Qué te motivó a escribir sobre la caca?

Un día estaba cagando y de pronto me veo en el espejo, me miro un rato y me digo a mí mismo...

-Oye weón, esto de estar siempre en la soledad haciendo caquita es notable, debería describir esto.

Y después de un par de segundos de rápida reflexión, mismo contensta...

-Dale won. Hazte famoso.

En ese momento se me vienen a la memoria varias cosas sobre la caca, como una historia con amigos, otra con minas, con mi viejo, con mi profe de básica, etc., etc., y decidí que tenía que contarlas a ver si causaba la gracia que me provocó al verme en el espejo. Le conté la idea a una amiga y me dijo que era buena, eso fue suficiente. Pero mi fuerte no era escribir, pese a que lo hago siempre, ya que tengo otra formación. Así que le comenté a mi amigo Enrikín, que es capo en las leyes del escribir. Luego de unas semanas teniamos Blog.

¿Crees que algunos lectores piensan que son cochinos?

Sí. Pero ¿sabes? es algo normal, un acto cotidiano, tus papás cagan, los niños, tu pololo/a, todo el mundo hace caquita ¿por qué no debería ser un tema de conversación sana y divertida? En realidá me importa una raja y creo que a Enrikín también. Sabemos que nuestros lectores son más cochinos que nosotros. Se hacen los hueones.

¿A qué te dedicas?

Nos conocimos con Enrikín en la micros amarillas, él vendía superocho a 100 y yo chocofruna pa la seh pa la calor. Ahora limpio guaters en una empresa cotota y un día me encontré una de esas computadoras de bolsillo que parecen celulares. La hueá es genial y ahí me pongo a escribir leseras incluso cagando. Creo que Enríkin está a cargo de limpiar los mingitorios del Estadio Nacional, pobre weón jajaja.

¿Has tenido alguna experiencia real o tus historias son producto de tu imaginación?

Jajajá... Ya que no me preguntas acerca de alguna historia en particular, debo decirte que hay de todo. Historias estrictamente fieles a la realidá, otras con una mezcla de imaginación y verdá... y otras que sólo son producto de mi mente enferma.

Siempre los visitantes les tiran flores por lo bien escrito del blog ¿te sube el ego eso?

Síiii... es que yo soy un analfabeto. En serio. Entonces que digan eso me hace sentir súper. Con mucho empeño me he puesto a escribir mejor y es rico que te lo valoren, aunque sea escribiendo de mierda. Además es algo que hacemos con cariño por las personas que nos visitan y nos leen.

¿Hacen alguna pauta con Enrikín o solo escriben y publican?

Ahí está el secreto. No, no hay pauta. Sólo escribimos, eso sí cada historia es revisada por ambos y modificada si fuese necesario. Además los aportes de nuestros lectores han sido muy importantes. Esto es todo un feedback, nosotros también gozamos de lo lindo con las historias que nos envían nuestros colaboradores.

¿Crees que akgar es uno de los mejores blogs chilenos?

Por supuesto y te respondo sin dudarlo. Somos únicos, somos chistosos, inteligentes y la llevamos. Claro, populares pero cochinos.
El tema es que nos conocen poco. Además hay muchos blogs en la red que están en concursos y tienen una redacción como las weas.

¿Qué futuro le ves?

A ver, creo que me gustaría que el Blog sea leído por más personas. Es rico cuando hacís algo y ese algo es valorado y disfrutado.
Ahhh y pronto podríamos aparecer con algunas poleras, pero yo cacho que más pal verano. Y quién sabe, hasta colaless con nuestro blog.

¿te gustaría llevar las historias a un libro?

Ahhh siiii... sería tan lindo eso. Pero que miedo, no sé.

¿o quizás un cortometraje?

Jajajá... también sería ameno. Las posibilidades no están muy alejadas. Hay temas muy buenos para hacer cortometrajes.

¿Crees q le faltan imágenes al blog?

Yo creo que no, pero nos han dicho que sí. A ver si aparecemos con cuestiones más recreativas e innovamos. A veces falta tiempo, con cinco hijos, dos verdulerías, la pega de los guaters y un blog no day a basto. Nah, broma chiquillas.

¿Y/o música?

Música ni cagando. Esas mariconadas de musicalizar blogs no es de machos alfa.

Así fue que terminamos esta amena charla con Polakín queridos lectores. Luego seguimos tomando unos shops y arreglando el Mundo, que, por cierto, tiene más caca que nuestro bloguito. En fin, espero que les guste esta entevista. Ya pronto se viene el retruco y Polakín me sentará frente a la fokin grabadora. De sólo pensarlo me pongo nervioso.

09 mayo 2007

La sorpresa del médico

Por: Akgar Team.

Amigos lectores, a modo de pastilla les dejamos un chistecito que apareció hace algún tiempo en SBB.cl. Ni pregunten de quién es porque de estas cosas es difícil determinarlo. Saludos, y esperamos que le disfruten. Aquí va...

Estaba un inocente niño jugando con un globo, cuando de tanto pegarle y sin darse cuenta, éste fue a parar al baño y el globo cayó en el inodoro. El pendejo lo vio ahí y le dio asco meter la mano para sacarlo, así que perdió las ganas de seguir jugando y campante se fue a jugar con otra cosa dejando el globo abandonado.

Un rato después llega el padre del pequeñín con una cagadera feroz, y entre él y su brazo el Mercurio del domingo. Se baja los tolonpas y se sienta cómodamente a leer, sin siquiera darse cuenta que el hijo había dejado un globo en el mismísimo water.

Luego de ya dos horas y casi todo el fokin diario leido decide levantarse. Acto seguido mira el inodoro y este estaba lleno de mierda hasta el borde. ¡Por la cresta! ¿¡Cómo cagué tanto!? Waaaaa... pero qué cantidad de mierda por dios!

Asustadísimo corrió al teléfono y llamó a su médico. El médico escucha lo que le dice y no lo podía creer. Luego de varios minutos el sujeto logra convencer al médico y este acuerda ir inmediatamente al lugar de los hechos para asegurarse de que todo esto sea cierto, y poder así determinar lo que ocurre. Cuando el médico llega a la casa es llevado inmediatamente al baño y luego de mirar el water queda absorto.

- ¡Pero qué tremenda cagada! ¿Estabai lleno de mierda? ¡Una mierda de hombre! jajajá.
- Por favor doctor, no bromee... estoy asustado ¿qué será? Dígame ¿qué puede ser?
- Ya, calmao socito. No lo sé, la verdá es que no puedo determinar nada ahora. Antes debo examinar tu mierda para así encontrar las posibles causas, weón cagón.

El médico abre su maletín, extrae de él una espátula y se dispone a tomar un poco de mierda. Pero justo cuando la espátula toca la mierda el maldito globo explota y salta mierda para todos lados. El baño queda lleno de mierda, paredes, lavamanos, cepillos de dientes, etcéteras... incluyendo a los dos personajes.

En eso el médico con un aire de afligido mira al sujeto mientras con su mano se quita un poco de mierda de la cara y le dice:

- La verdá amigo, le puedo decir que yo como médico que soy he visto muchas cosas en la vida... ¡pero shushetumare, un peo con cáscara es algo que me supera!

01 mayo 2007

Estai rica pero ya me cago

Por: Polakín.

La cuestión es bien simple queridos lectores, en la vida hay cosas que no se deben mezclar, como por ejemplo el amor y el trabajo, los negocios y la familia o el fútbol y las mujeres. Así mismo compañeros ¡no se debe mezclar digestión con sexo!

El escenario es el siguiente: Linda muchacha, interesante, mina total y al parecer creyendo todo lo que digo. El día y el ambiente eran perfectos. Sábado, calculo unos 23º grados siendo las 22 horas, cielo despejado y una brisa tibia en la calle que nos recuerda el verano. Yo no dejaba de mirar el escote de su polera como un león hambriento mira su presa.

Transcurriendo los minutos decidí que fuesemos a beber algo y hacer algunos picoteos en un pub de por ahí. A la minita la conozco desde hace un tiempo y ya está claro que tenemos onda. Hemos tenido algunos encuentros delicados, pero hasta ahora nada reproductivo, digo, productivo (jojo).

Con tres roncolas ya estoy en onda y ella con dos caipiriñas me cuenta que alguna vez tuvo una verruga en un cachete. Con ese tipo de confidencias ya cacho que estamos a otro nivel, que estamos en confianza y podemos dar el siguiente paso. Estabamos al nivel de decir poto sin ponernos colorados.

Mientras conversábamos unos puchos para terminar lo que quedaba en los fríos vasos, unas puntadas al lado de mi ombliguito pelúo comenzaron a ponerme tenso. Ya se suponía que nos iríamos a lo oscurito y no podía echar pie atrás ahora que me iba a tocar.

Me excuso para ir al baño y allá aflojé algunos peitos, salieron solitos y sin dejar rastros (recuerden que no hay que forzarlos porque pueden saltar con sorpresa). Sí, creí que era todo y volví a la mesa canchero, amoroso, tierno y juguetón. Al andar ya estábamos en camino al lugar de encuentro y nuevamente me percato de que estoy hinchado: Veía venir la pedorrera y un tsunami de caca. Sólo quería sentarme, ya no daba más. Me reí dos segundos nervioso pensando en nuestro bloguito Akgar, para luego volver al estado de pánico. Sentí rabia de mí, rabia del mundo y me quería ir. Reflexioné y miré a mi princesa por millonésima vez en la noche. No hay salida Polakín, tenís que aperrar como sea.

Entramos a la habitación y nos ponemos coquetos. El chiquitín estoicamente sostenía peos y quizás cuánta mierda que quería ver la luz. Me hice el weón tres segundos y partí al baño, sólo para darme cuenta que la mierda de habitación del condenado motel ¡no tenía bidé! De pronto me dije a mi mismo "¡Pero momento! ¡¿Qué estoy pensando?! No puedo ponerme a cagar en ese momento. ¿Y ella? ¿Qué va a pensar? Noooo, todo mal".

Volví a sus brazos decidido a no soltar ni un gramo de gas ni de mierda y en treinta segundos me rendí. La traté como reina, como a quien dejas plantada por ir a cagar, así la dejé. Fui caballero para decir que debía ocuparme de un asuntillo antes de amarla así que partí más o menos digno al baño.

Me senté y repasando en mi cabeza las cosas que le dije, se podía resumir todo y sin mucha suspicacia que a fin de cuentas le dije: estai rica pero ya me cago. Ahora que recuerdo no era mucho, cagué algo poco y más que todo fueron gases varios, por suerte.

Luego de eso, mi problema. Me es imposible follar con la raja pasá a caca. Es que deberían prohibir el cacheteo con olor a mierda. Es que no puede haber alguna hueá más repugnante que follar con los pelos de la raja llenos mierda colgando como tarzanes en la selva. ¡No pasa nah señores!

Rápidamente tiré la cadena. Barrí la zanja con papel de mala calidad, ese que en vez de limpiar encera la raja de caca. Pasé a la ducha como todo un hombre seguro de si mismo y de su naturaleza animal.

Regresé donde la víctima esperaba, y volví winner con toalla en cintura y el pelo mojado. Limpio y bello listo para dar la guerra. Haciéndole saber que no olía a poto y que era un hombre preparado. Me pasé la película que la doncella quería puro saltar encima de mi bello cuerpecito.

Ahora imagino que ustedes estarán pensando en que no puedo ser más ordinario. Y bueno, lo mismo pensaron cuando con Enrikín nos propusimos crear este Blog. Son un par de roteques hablando de cochinadas. ¡Qué! Al final como ya hemos dicho, todos hacemos caca. Unos más, otros menos, unas más, otras menos.

En la mañana antes de que nos largaramos, fuí a echar la corta (orinar o mixionar, para nuestros amigos que nos visitan de otros países) y cuando levanté la tapa me fijé que con mis zurullos rayé el water con crayones. Seguramente ella vio que habían graffitis de mierda en el ídolo de loza, pero ya no era hora de avergonzarse. Ya había pasado de todo, ¡ja! Polakín el Toro. (Y no por los cuernos, reshushes).

24 abril 2007

Así no más es la vida

Por: Enrikín y Polakín.

De lo que menos hemos escrito en nuestro bloguito, y que es parte importante de nuestra vida, es de pedorrearse. Emitir gases hediondos en lugares inesperados va incluido en nuestras dificultades de la vida ¿Quién no ha tenido que hacerse el hueón cuando se le cae un ninja silencioso y mortífero? El peo con la mamá, con la abuela, en reunión, en la micro, el peo de la mano con la polola, en el ascensor, en la oficina, en la sala de clases, el peo con el pucho y hasta incluso el peo en el comedor. Hay de todo. Los peos anónimos por ejemplo, en la noche camino al sur en el bus, en el cine, en una manifestación, en la calle, etc., etc., etc.. Un gran tema.

Recuerdo una vez que iba subiendo a un bus y sin más, al hacer el esfuerzo de poner el bolso sobre el asiento ¡pah! Se cae un ruidoso peo. De esos secos, deprimidos y con final cortante. Cresta, es una de las hueás más incómodas que te pueden pasar, sobre todo si existen personas que se percatan. Y aún más, si una de esas personas es una vieja vinagre que te mira con cara de no saber qué decirte. Claro, te ponís choro pero sería indigno echar la foca porque te tiraste un peo. -¿Qué mira señora...? ¡se me salió el peo! ¿y?- Por decir lo menos, patético.

Bueno, así como la anterior, podría contar muchas anécdotas, mías, de amigos, de amigas, de peos en el cacheteo... jojo...

Bueno, pero con la calentura no le das importancia. Además ¿se han dado cuenta que la risa es como afrodisiaca? No quiere decir que me ría y me excite, pero hay algo en esa risa cómplice que te motiva.

Cuento corto, pasaré a describir un impasse que tuvo un amigo. Claro que no creo que me quede tan chistosa como fue contada por él mismo.

Nuestro héroe, que para esta historia lo vamos a identificar como Braulio, tiene un mini bus que lo trabaja con turistas en el sur de nuestra hermosa y larga faja de tierra.

Braulio transporta turistas a los diferentes puntos de atracción del centro sur de Chile. Esta historia fue camino a la termas de Chillán. El día que tuvo el percance estaba bastante helado, por lo que se preparó un desayuno calórico: huevos con tomate, tocino y ajo, marraquetas tostadas, café con leche y se le ocurrió tomarse un vaso de juguito frío antes de salir. Así es, no hay que ser adivino para saber que fue una mezcla pedorrera.

Eran las 6:45 horas cuando llegó al hotel y tenía que estar en el lugar a las 7.00 horas. Bajó a avisar que estaba afuera y volvió a su mini bus. Puso música suave y calefacción, por lo que rápidamente empezó a dormitar.

De pronto se despierta asustado al pensar que había pasado un largo rato que se había quedado dormido. Mira su reloj y se relaja cuado observa que son las 6.55 horas. Más tranquilo abre la puerta, hace el típico gesto técnico de levantar el culito como si fuese una señorita, y suelta un hediondo y ruidoso peo, de esos que te vacían el interior, dejan la raja tibiecita y ese calor sube por tu espalda cuando estas bien abrigado de ropa. Se sintió orgulloso de haber liberado tal gas y sin escombros. Lo ventea un poco y se incorpora estirando los brazos y bostezando mientras con una mano se rasca la nuca. Estaba en eso cuando mira por el espejo retrovisor y ve que en su vehículo ya estaba lleno con los turistas brasileños que debía llevar a las termas.

Ante tal situación, Braulio dice - buenos días - y al mismo tiempo, estoicamente enciende el motor, sube un poco el volumen de la música, pone la calefacción y parte hacia su destino.

Durante el trayecto nadie habló, sólo se escuchaba la música y el ruido del minibús. Una vez en el centro de esquí se estacionó en el lugar indicado y los brasileños se bajan en completo silencio y serios. Salvo el más joven del grupo, que bajó último y con una risa burlona le dice “obrigado”, a lo que Braulio responde “de nada”, pero con culpabilidad.

Cerró sus ojos, se acomodó en el asiento, afirmó su cabeza al volante, pensó un rato y luego dice, “bueno, que chucha, así no más es la vida”. Suelta un carcajada, enciende el motor y se vuelve a Chillán.

N. del E.: Esta historia está basada en hechos reales. Los nombres y locaciones fueron cambiados para proteger a inocentes. Jojo.

28 febrero 2007

Querid@os Lector@s

Por: Enrikín y Polakín.

Nuestra intención nunca ha sido ofender, sino más bien dar a conocer y comunicar historias de un hecho tan cotidiano como es el ir a hacer una buen cagada. Todo el mundo lo hace y de ahí salen diferentes relatos, tristes, chistosos, crueles, alegres, etc.

Pues bien, hemos regresado de vacaciones y llegamos con más historias para contar. Algunas vividas en primera persona y otras que averiguamos preguntando a quien se nos cruzaba en el camino.

Antes de comenzar quisieramos darles a conocer que no sólo a los humildes autores de este blog se les había ocurrido escribir sobre la caca.


El 17 de septiembre de 1580 nace el célebre y hoy clásico poeta español Francisco de Quevedo Villegas, quién escribió la siguiente prosa y la publicamos en nuestro blog como homenaje al vate madrileño. Con mucho cariño para ustedes, antes continuar, les dejamos estos párrafos de culto.

Gracias y Desgracias del Ojo del Culo

Dirigidas a Doña Juana Mucha, Montón De Carne, Mujer gorda por arrobas.
Escribiólas Juan Lamas, El Del Camisón Cagado.
Edición de Daniel Lebrato, Maestro Oculista.

Quien tanto se precia de servidor de vuestra merced, ¿qué le podrá ofrecer sino cosas del culo? Aunque vuestra merced le tiene tal, que nos lo puede prestar a todos. Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apretadamente. De mi celda, etcétera.

No se espantarán de que el culo sea tan desgraciado los que supieren que todas las cosas aventajadas en nobleza y virtud, corren esta fortuna de ser despreciadas de ella, y él en particular por tener más imperio y veneración que los demás miembros del cuerpo; mirado bien es el más perfecto y bien colocado de él, y más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, como la esfera, y dividido en un diámetro o zodíaco como ella. Su sitio es en medio como el del sol; su tacto es blando: tiene un solo ojo, por lo cual algunos le han querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe ser alabado, pues se parece a los cíclopes, que tenían un solo ojo y descendían de los dioses del ver. El no tener más de un ojo es falta de amor poderoso, fuera de que el ojo del culo por su mucha gravedad y autoridad no consiente niña; y bien mirado es más de ver que los ojos de la cara, que aunque no es tan claro tiene más hechura. Si no, miren los de la cara, sin una labor, tan llanos que no tienen primor alguno, como el ojo del culo, de pliegues lleno y de molduras, repulgo y dobladillos, y con una ceja que puede ser cola de algún matalote, o barba de letrado o médico. Y así, como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa, lo traemos tan guardado y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado en unos gregüescos, avahado en una capa, y por eso se dijo: "Bésame donde no me da el sol". Y no los de la cara, que no hay paja que no los haga caballeriza, ni polvo que no los enturbie, ni relámpago que no los ciegue, ni palo que no los tape, ni caída que no los atormente, ni mal ni tristeza que no los enternezca. Lléguense al reverendo ojo del culo, que se deja tratar y manosear tan familiarmente de toda basura y elemento ni más ni menos; demás de que hablaremos que es más necesario el ojo del culo solo que los de la cara; por cuanto uno sin ojos en ella puede vivir, pero sin ojo del culo ni pasar ni vivir.

Lo otro sábese que ha habido muchos filósofos y anacoretas que, para vivir en castidad, se sacaban los ojos de la cara, porque comúnmente ellos y los buenos cristianos los llaman ventanas del alma, por donde ella bebe el veneno de los vicios. Por ellos hay enamorados, incestos, estupros, muertes, adulterios, iras y robos. Pero ¿cuándo por el pacífico y virtuoso ojo del culo hubo escándalo en el mundo, inquietud ni guerra? ¿Cuándo, por él, ningún cristiano no aprendió oraciones, anduvo con sinfonía, se arrimó a báculo ni siguió a otro, como se ve cada día por falta de los de la cara, que expuestos a toda ventisca e inclemencia, de leer, de fornicar, de una purga, de una sangría, le dejan a un cristiano a buenas noches? Pruébenle al ojo del culo que ha muerto muchachos, caballos, perros, etc.; que ha marchitado hierbas y flores, como lo hacen los de la cara, mirando lo ponzoñosos que son: por lo que dicen que hay mal de ojo. ¿Cuándo se habrá visto que por ser testigo de vista hayan ahorcado a nadie por él, como por los de la cara, que con decir que lo vieron forman sus calumnias los escribanos? Fuera de que el ojo del culo es uno y tan absoluto su poder, que puede más que los de la cara juntos. ¿Cuándo se ha visto que en las irregularidades se metan con el ojo del culo?

Lo otro, su vecindad, es sin comparación mejor, pues anda siempre, en hombres y mujeres, vecino de los miembros genitales; y así se prueba que es bueno, según aquel refrán: Dime con quien andas, te diré quien eres. El se acredita mejor con la vecindad y compañía que tiene que no los ojos de la cara, que éstos son vecinos de los piojos y caspa de la cabeza y de la cera de los oídos, cosa que dice claro la ventaja que les hace el serenísimo ojo, del culo. Y si queremos sutilizar más esta consideración, veremos que en los ojos de la cara suele haber por mil leves accidentes, telillas, cataratas, nubes y otros muchos males; mas en el del culo nunca hubo nubes, que siempre está raso y sereno; que, cuando mucho, suele atronar, y eso es cosa de risa y pasatiempo. Pues decir que no es miembro que da gusto a las gentes, pregúnteselo a uno que con gana desbucha, que él dirá lo que el común proverbio, que, para encarecer, que quería a uno sobremanera, dijo: "Más te quiero que a una buena gana de cagar". Y el otro portugués, que adelantó más esta materia, dijo: "Que no había en el mundo gusto como el cagar si tuviera besos." Pues ¿qué diremos si probamos este punto con texto del filósofo que dijo:

No hay contento en esta vida
que se pueda comparar
al contento que es cagar.

Otro dijo lo descansado que quedaba el cuerpo después de haber cagado:

No hay gusto más descansado
que después de haber cagado.


Para seguir leyendo al gran poeta español pueden ver su obra en: http://www.geocities.com/tubasurero/cuentos