10 marzo 2006

Si van a viajar, por favor cuídense

Por: Enrikín.

Un tema que no hemos tratado, y muy importante en lo que se refiere a nuestro querido aparato digestivo, es el de los viajes. Quizás no les ocurra a todos, pero el cambio de comidas me descompagina todo respecto de ir a echar una cagada. Además que sentarse en un water ajeno ya es complicado.

Normalmente tengo una buena digestión, es decir controladas, salvo honrosas excepciones, como por ejemplo una vez que me mis intestinos me pegaron una desconocida y me vi obligado a cagar en el bar El Playa de Valpo., cuestión que si bien es una hazaña (quienes conocen El Playa me comprenderán), no me enorgullece para nada.

Bien, este verano partí al sur y tras una soberana borrachera se me ocurrió comer un lomito completo de dudosa reputación que me tuvo con una diarrea galopante por unas 24 horas. Los días siguientes anduve delicadito, es decir, comidas livianas, buena hidratación, sin embargo mi puto estómago no se afirmaba. Las deposiciones eran poco sólidas y casi al borde de la churretera. Así estuve casi una semana.

Mi consejo para este tipo de situaciones es no comer en lugares poco higiénicos o que les inspiren desconfianza, recuerden que el hambre es un estado mental y ante la duda, mejor abstenerse.

La semana siguiente fue todo lo contrario. Un día martes me subí al avión rumbo a Río de Janeiro, y como sistema de autodefensa mi aparato digestivo se negó a trabajar por 3 días.

Imagínense en otro país, con tazas desconocidas, con un calor húmedo sobre los 33 grados, una mierda de ambiente y el weón más encima trancado.

Al cuarto día tuve que forzar la salida del mierdal. Me tomé un jugo de ciruelas y luego un yogur. ¿Resultado? deben haber sido unos tres kilos de mierda, de varias tonalidades y consistencia, rubia, café, negra, con choclo, sin choclo, sólida, cremita, aceitosa. Fue un verdadero espectáculo, el water del hotel parecía un cuadro de Miró.

Creo que no existe placer mas exquisito que cagar en forma lenta y relajada en un water heladito, limpio y cargadito de agua para ver como se van los zurullos o, en su defecto, la plasta de mierda.

El baño no es un juego de fantasilandia, tampoco es la pieza de motel con cama que vibra. El ídolo de loza es para cagar, no para otra cosa. Siempre debe estar helado y limpio, no lo olviden.

Tras millonario depósito me fui a descansar un rato y les puedo contar que además mi aparato digestivo volvió a la normalidad. Por esta razón se deben cuidar con las comidas cuando viajen y beban mucho agua en botella porque hidrata y ayuda en la consitencia de los mojones.

Si sé, quizás no sea una historia entretenida, pero mi intención no es entretenerlos con este reporte, si no más bien ilustrarlos, orientarlos y prevenirlos de que se cuiden cuando estén fuera de sus hogares... y lo más importante, lejos de su bien amado ídolo de loza.

No coman chatarra, frituras, ni cosas desconocidas. No beban agua de la llave, menos se castiguen con sendas borracheras. Los viajes se deben disfrutar, por eso, cuídense mis queridos lectores, se los dice la voz de la experiencia.

Pronto les postearé una historia entretenida. No todo tiene que ser chiste en la vida, aunque así es más entretenida ¿no creen?. Nos vemos.

1 comentario:

Cla dijo...

... eso de "El ídolo de loza es para cagar, no para otra cosa. Siempre debe estar helado y limpio"... me hace acordar cuando chica... de estar entrar al baño después ke mi papá lo usara...y dejaba la taza tibia, en invierno era agradable... al menos a mi me gustaba.
Eso.